La IA ayuda no sólo a predecir el avance del coronavirus, también permite localizar grupos de población más sensibles al contagio; simular escenarios y programar alertas; elaborar planes de contingencia; facilitar la clasificación de pacientes; homogeneizar criterios o dar apoyo en la creación de vacunas y tratamientos. Además, es una herramienta de clave para la gestión y distribución de las ayudas económicas.
“El presente -explica Ramón Trías, presidente de AIS Group- ofrece un escenario cambiante y no disponemos de información histórica que sirva de precedente, sin embargo la IA permite homogeneizar criterios respetando la diversidad de situaciones, medir el impacto de las posibles medidas, mejorar la exactitud de las estimaciones, la eficiencia de las medidas y su productividad, para optimizar la toma de decisiones”.
“La IA no es un remedio milagroso -añade Trias-, es una herramienta que puede resultar muy útil en este momento, pero siempre integrada en equipos de trabajo, al servicio de los expertos, ya sean médicos, gestores, investigadores… La clave está en formar tándem entre la inteligencia artificial y la opinión y experiencia del experto”.
El poder de la IA es que es capaz de analizar infinidad de variables y detectar interacciones entre ellas que son imperceptibles para el ser humano, permitiendo obtener resultados más precisos y realizar así predicciones más realistas. Según los últimos datos, España supera ya en número de muertos por coronavirus a China, y el ritmo de crecimiento de contagios ronda estos días el 10%. “Integrar la IA para analizar los datos puede contribuir a aligerar el colapso sanitario mejorando la eficiencia, la productividad, la exactitud y, por tanto, la toma de decisiones de alto nivel en aspectos tanto a largo como a corto plazo”, indica el presidente de AIS Group.
Beneficios a corto plazo
La IA es capaz de establecer el mapa de la evolución de la epidemia, midiendo también el impacto de las medidas adoptadas para frenar su avance. “Estos modelos dan respuesta, por ejemplo, a cómo puede avanzar el volumen de contagios si no hay confinamiento de ningún tipo; si hay unas ciertas restricciones de movilidad, o si hay un confinamiento total de la población; qué repercusión pueden tener esas medidas en la previsión de camas de UCI ocupadas, o de uso de respiradores, stock de retrovirales y material médico necesario” afirma Trias.
Además, puede contribuir al diagnóstico y tratamiento bajo un enfoque personalizado, de paciente por paciente, realizando una clasificación más efectiva en función de los síntomas, homogeneizando las decisiones con el fin de derivar a cada paciente en función de sus necesidades, eliminando procedimientos rutinarios, optimizando tiempos y contribuyendo a disminuir el colapso sanitario.
Predicciones a largo plazo
Otro de los puntos relevantes de la IA es su capacidad para detectar anomalías, clave para la detección temprana del comienzo de una epidemia. “Desvelar, por ejemplo, un incremento anómalo de neumonías u otras afecciones relacionadas, puede servir de alerta y ser crucial prevenir nuevos virus que puedan afectar a la población y anticiparnos” insiste Ramón Trias.
La IA permite simular escenarios a través de lo que se conoce como ‘digital twins’ que ofrece la posibilidad de planificar y ensayar con antelación planes de contingencia para crisis sanitarias combinando varios modelos de información: epidemiológico, demográfico, sanitario, económico, etc.
“En momentos como el actual, en el que contamos con recursos escasos, un conocimiento dinámico que va variando a medida que avanza el tiempo y genera novedades por minuto, es vital contar con herramientas que faciliten la tarea de homogeneizar y justificar las decisiones, incide el presidente de AIS Group, pues no faltarán los momentos en que surgirán cuestiones de ética”.
Datos para facilitar la gestión de la epidemia
Justamente por ello, desde AIS Group, que además de desarrolladores de modelos y sistemas de inteligencia artificial son proveedores y generadores de indicadores sociodemográficos y económicos, han confeccionado un paquete de indicadores que consideran pueden ser susceptibles de tener incidencia en la gestión del COVID-19. Entre ellos está la localización a nivel de sección censal de grupos poblacionales como los mayores de 65 años que viven solos, los hogares que gastan en servicios de atención a dependientes a domicilio, la tasa de población mayor en riesgo de pobreza, etc.
Estos indicadores se extraen de su herramienta Habits. “Habits es una gran base de datos que generalmente usamos para proyectos relacionados con las áreas de marketing de las empresas, pero en estas circunstancias extraordinarias, hemos querido poner nuestro granito de arena para ayudar en tareas como la localización de la población más vulnerable”, concluye Trias.
Para facilitar su análisis, estos indicadores pueden visualizarse sobre la plataforma de mapas de la empresa de GIS ESRI, partner de AIS Group.
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Fuente original: Comunicae.es.